Poca tolerancia para un proyecto de ley que embarra la cancha de la bebida nacional

Los “bajeños” del Congreso de la Nación por abrumadora mayoría dieron media sanción al proyecto de ley que declara la tolerancia cero a los que conducen con alcohol en la sangre. Debate poco abierto y una tecnología que falta

26/11/2022 Lobo Estepario
pipeta

Miro a mi tío Jacinto deleitarse con un vaso de plástico que contiene un par de medidas de vino de “tetra”, ese tintillo de toda la vida, uno de los pocos placeres que la vida le da y por menor que fuese, siempre le arranca una sonrisa a ese jubilado (con la mínima) sentado bajo el árbol de mi casa. Y me lo imagino, un rato después, arrancar con su viejo AMI 8 rumbo a su casa y en la esquina (ahicito nomás) someterse a un control de alcoholemia.

También me imagino la cervecita del asado del domingo, el trabajo de los enólogos cuya vida transcurre entre un mundo de aromas que necesariamente le marcarán por lo menos un 0.1 de alcohol en sangre.

También miro desde el otro lado, las lamentables estadísticas de accidentes producidos por conductores en estado de ebriedad y las familias de esas víctimas de irresponsables procederes.

En el medio, el debate. Escuché a un diputado “favorable” a la ley decir que todos fueron convocados al debate (familias de las víctimas, asociaciones viales) pero no veo que hayan sido escuchadas las cámaras que aglutinan a los productores y bodegueros. Pero las estadísticas mandan con un golpe de realidad tan fuerte como veraz.

Córdoba, por ejemplo, tiene tolerancia cero desde hace tiempo y sin embargo detenta peores estadísticas que Mendoza, que tiene tolerancia 0.5.

El mundo de la tecnología aun no creó una pipeta que cuando uno sople, identifique el tipo de alcohol que consumió. Pero también que las estadísticas marquen que la mayoría de los accidentes por ebriedad sea en la franja que va desde los 18 a 35 años y generalmente los fines de semana.

Mendoza tiene una industria de la cual depende gran cantidad de mano de obra y no siempre son empresas que exportan. Muchas “viven” del mercado interno. Como mi tío Jacinto, el del AMI 8, al que le sacaron la licencia de conducir, por tomarse un vasito de vino tetra.

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