El camino de la obra pública, el escurridizo panqueque de la vieja política

Las obras con algunos amiguillos detrás (con quienes no se juntan el 20 de julio) y sus cortes de cinta.

POLÍTICA02/03/2025Alejandro MutisAlejandro Mutis
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Cuentan que… la mejor forma de llegar con la frente bien alta dos meses antes de las legislativas, es tener el cronograma de inauguraciones en frente del escritorio, para ver que tenemos y dónde. Papel en mano, encuesta en mano, ojos observadores, águilas esperando el momento oportuno para desentrañar el hábil conteo de concejales que necesito para llegar sumamente fuerte al 27.

Las obras con algunos amiguillos detrás (con quienes no se juntan el 20 de julio), se hace más fácil para poner la cara del póker menos pensado, pero más necesario por lo fiel que fue. Allí llegan los elogios y se vislumbra la luz detrás del túnel para los intereses personales de muchos.

Bueno, me estoy apartando del estrecho camino internacional, para irme por un túnel. ¿Qué pasa que ahora no tenemos obras? O son muchísimas menos de las que hace unos añitos atrás contábamos con muchas manos.

¿Qué carajo mostramos? ¿qué inauguramos? A sacar el almanaque y ponerle fecha a todo… que el año se animó de repente y se llenó de elecciones.

Que baja el ministro, que sube el intendente, que el empresario se anima, que la gestión es un papelón, que los medios escrachan, que no hay plata, que sube la luz.

En definitiva, los barrios, puentes, acequias, luces led, ya han quedado en el olvido del cuento del país de las maravillas. No quedará otra que mostrar inteligencia y tantear como estamos en el barrio, para ponernos a cortar las cintas del trabajo genuino y el futuro prometedor para dos años más. Aparecen los fantasmas, crujen los zombies de los cargos públicos queriendo volver. A buscar ideas, que el vecino ya no come vidrio.

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