Juntos por el Cambio: halcones y palomas, tibios o decididos, desparramados y nunca juntos

El balotaje entre Milei y Massa produjo una hecatombe en el espacio político que pretendía ser gobierno. Los que se juegan y los neutrales, o cómo fagocitarse a sí mismos

POLÍTICA 25/10/2023 Lobo Estepario
JxC roto

Nunca hubo calma en el espacio político que juraba que iban a estar siempre unidos, desde el nombre que sucedió a Cambiemos: Juntos por el Cambio.

Desde la derrota de Mauricio Macri a manos de un sorpresivo Alberto Fernández, casi nunca hubo coincidencias entre los socios mayoritarios: el PRO y la UCR. Claro, en el medio estaba el juego del poder, ese brujo errante que siempre destruye todo a su paso.

La creación de Macri, que sólo tenía poder en Buenos Aires, pero nunca en el interior, de a poco fue avanzando. Y el partido más que centenario, que tenia fuerza en el resto del país, pero no en AMBA, por su propio internismo fue segundo plato en 2015 y lo volvió a hacer en 2023.

Encima, en las elecciones generales del último domingo quedaron afuera, desarmados, vulnerables, expuestos. Y a la hora de tomar partido, de agruparse para intentar pegar el salto, de hacer valer las estructuras, siguieron peleándose. 

Cornejo viaja a Buenos Aires y deja a Cambia Mendoza en una gris neutralidad, como cuidando algo que no existe, dejando que los que toman decisiones con coraje, avancen.

“Somos neutrales, dejamos que la gente decida”, dicen como si la sociedad estaba esperando ese mensaje “salvador”. En la interna de Cambia Mendoza, Petri “rompió” el esquema. En las PASO nacionales, Milei hizo lo mismo. Y cuando todos esperaban que el “libertario” tomara la punta, Massa ganó.

Nadie tiene los votos de la gente en una valija y los lleva de un lado a otro. Ahora la gente decide, castiga o premia. El que se siente seguro, le pido que mire atrás, para ver si aún está la silla.

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