PASO a PASO: la disyuntiva de optar por la democracia o por la “dedocracia”

Las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias tienen más de 13 años de vigencia y si bien remedan, en algo, a las Primarias de Estados Unidos, son bastante distintas. Lo que fueron inspiradas para un blanqueamiento de los candidatos, fue perdiendo sentido, por efecto de los que las generaron: los políticos

04/01/2023 Lobo Estepario
votacion

El régimen de elecciones primarias rige desde diciembre de 2009, a partir de la sanción de la Ley 26.571 y se aplican para el conjunto de los cargos electivos nacionales. Vienen a reemplazar las elecciones internas de los partidos que solían ser un verdadero caos, porque cada fuerza política las hacía en fechas diversas y era un verdadero lío movilizar a la gente en distintos tiempos preelectorales.

Las PASO tuvieron, entonces, el objetivo de poner orden y en una misma fecha, todos los partidos políticas definían sus candidatos con la posibilidad de que voten todos los ciudadanos y no solamente los afiliados.

Las acciones evolucionan pero los políticos no. Y caen en los mismos juegos espurios que se suponía habían superado. Volvieron los arreglos, en algunos casos con sutiles “aprietes” para alcanzar acuerdos y evitar las contiendas internas. En otros casos, denigrando al oponente que “osaba” ir a las PASO.

El listado de excusas, fundamentos y argucias para justificar el “no ir” a las Primarias, eran dignas del mejor guionista de una película de ciencia ficción.

El año pasado, adelantándose a las elecciones 2023, desde  el oficialismo nacional (el mismo que fue impulsor de las PASO) empezaron los argumentos para eliminarlas, incluso con proyectos de ley que no prosperaron en un Congreso que le es esquivo en cuanto a números.

“Es mejor llegar a acuerdos” dicen sueltos de cuerpo, sin mirar el valor de aquellos que quieren competir, que es el verdadero sentido de esas elecciones.

Para dar sentido a este cuestionamiento que hago, podría echar mano a “borrar con el codo lo que escribo con la mano” o una mejor que “armo las reglas de juego de acuerdo a mis conveniencias”, pero sé que es inútil. Los políticos siempre terminan siendo dogmáticos o sea que son personas que no admiten que se discutan sus afirmaciones, opiniones o ideas. Y luchar contra eso es más difícil que intentar tapar el sol con un dedo.

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