
El Gobierno volvió a emitir deuda, aunque el acceso pleno a los mercados aún se posterga.

La agroindustria argentina enfrenta desafíos significativos debido a las recientes medidas del gobierno para estabilizar el mercado cambiario.
Estas medias han reducido la venta de divisas, estimándose exportaciones por debajo de los $2.100 millones este mes. Los productores, aprovechando créditos en pesos a tasas bajas, postergan la liquidación de cosechas a la espera de una apertura cambiaria que aún no se concreta.
La intervención del Banco Central, incluye la compra retroactiva de dólares financieros desde mayo, con el fin de inyectar hasta $2.000 millones adicionales. Sin embargo, esto ha ralentizado el tipo de cambio exportador, afectando negativamente a cultivos clave como la soja y el maíz.
Internamente, la industria enfrenta una capacidad ociosa del 44%, mientras los productores prefieren mantener granos almacenados frente a la incertidumbre económica y los precios internacionales bajos.
El presidente del Banco Nación Daniel Tillard, dijo en la Rural que solo en julio otorgaron para el sector el equivalente a más de u$s1.300 millones.
Las expectativas se centran en una posible unificación cambiaria y ajustes en retenciones, generando tensiones dentro de las organizaciones agrarias y empresariales.
Con reservas del Banco Central en declive y un trimestre estacionalmente difícil por delante, la agroindustria argentina se encuentra en un período de adaptación y cautela ante la volatilidad económica y política del país.