Regreso financiero con límites

El equipo económico dio en la última semana un paso relevante al regresar al mercado de capitales tras ocho años, mediante la emisión de un bono en dólares con vencimiento en noviembre de 2029. La colocación permitió captar USD 1.000 millones de valor nominal, aunque a una tasa anual del 9,26%, superior a la que buscaba el Ministerio de Economía. Si bien la operación marcó una señal positiva hacia los inversores, analistas advierten que aún resta consolidar el acceso estable a los mercados internacionales bajo legislación extranjera.

El discurso oficial fue cambiando a lo largo de los últimos meses en función de la evolución del programa de estabilización. En octubre, tras el swap con Estados Unidos, el Gobierno contemplaba reducir el riesgo país para financiar los vencimientos de 2026 o, en caso contrario, recurrir a asistencia externa. Más recientemente, el escenario volvió a modificarse luego de que el ministro Luis Caputo confirmara negociaciones con bancos internacionales por un préstamo de hasta USD 7.000 millones, aunque sin definir todavía el monto final.

El propio Caputo reconoció que el regreso pleno a los mercados internacionales quedó postergado para el mediano o largo plazo y sostuvo que parte del problema radica en la estructura actual de los bonos argentinos, poco atractiva para los inversores. Según explicó, la nueva emisión buscó demostrar que, con instrumentos más convencionales, el riesgo país podría ubicarse en niveles más bajos.

Desde el mercado señalan que la reducción del riesgo país requiere más que nuevas colocaciones. Especialistas destacan que los fondos internacionales evalúan la relación entre reservas y PBI, además del orden fiscal. En ese sentido, advierten que el bajo nivel de reservas del Banco Central y la necesidad de señales políticas claras -como la aprobación del Presupuesto 2026 y avances en reformas estructurales- siguen siendo factores clave para una mejora sostenida en el perfil financiero del país.