Verbo o neologismo político: Yo desdoblo, tu desdoblas, el desdobla

Desdoblar tiene dos acepciones, pero vamos a ocuparnos de una sola: “Dividir un todo en dos o más elementos o grupo de la misma clase”. En el caso que nos ocupa, las elecciones, los políticos la usan como para apartarse o abrirse de una elección como estrategia para no ser perjudicado. Y no hay una prioridad de uno u otro color político: todos la usan.

Tiene como misión “no dejarse arrastrar” o “no quedar pegado” con otra elección que lo puede afectar.

Ejemplos tengo tantos que seré breve. La provincia de Mendoza y casi todos los municipios oficialistas, se desdoblan de la elección presidencial. A su vez, por lo menos cinco municipios justicialistas de Mendoza, también los hacen de la elección provincial. Hasta este momento Maipú no se había manifestado.

También hay un Departamento de Cambia Mendoza, San Carlos, que también se desdobla, pero tiene como justificación que históricamente siempre lo hace.

Pero alejémonos de nuestra provincia. Los gobiernos de Río Negro, Neuquén, Misiones, San Juan, Jujuy, Salta, Tucumán, La Pampa, Chaco y Santa Fe, oficializaron el desdoblamiento de los comicios nacionales y confirmaron cronogramas propios para las elecciones provinciales.

Y dentro de la provincia de Buenos Aires, Diego Santilli y Luis Espert coincidieron en empujar el desdoblamiento de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, una jugada que ofrece la obvia lectura que buscan acotar el efecto Milei que podría partir el voto del centro a la derecha y abrir el camino para que el peronismo retenga la provincia.

¿Estrategia? ¿Miedo? Cualquiera sean las razones, las argucias de los políticos buscan su propio beneficio. ¿A alguno le importa que los simples ciudadanos tengamos la obligación de ir a votar hasta cinco veces en un solo año? A ninguno. Porque al final, todos son cortados con la misma tijera.