La Argentina distinta: cuando todas las teorías económicas se derrumban

Hubo cientos de chistes sobre qué le pasaría a los extraterrestres si llegaban a nuestro país o personajes de la historia. Incluso el eterno Facundo Cabral sostenía que “si caía una bomba atómica en Argentina, rebotaría por nuestra indiferencia”.

Pero ahora se le suma algo más que, definitivamente, nos coloca con el mote de ser “el país en donde todas las teorías de cualquier tipo se derrumban”.

Keynes o Friedman se “quemaron las pestañas” para desarrollar sus teorías en cuanto en dónde radica el problema de la inflación. Le dieron letra a los Milei, Guillermo Moreno, Redrado y tantos otros, para descubrir que en este, nuestro “especial” país, no tienen sustento.

En los últimos años, ya sorprendidos con esa frase que nos marcaba, “la pobreza es una sensación”, ahora se suma otra teoría que nos hace “desbarrancar” para siempre. La inflación la “autoconstruimos” nosotros. Ya no la emisión interminable de “papelitos de colores”, no más la guerra en Ucrania, ni el aleteo de una mariposa en Oriente. No, somos nosotros.

La frase presidencial de que “cuando leen que habría un aumento de nafta, enseguida aumentan los precios”, fue clara. Somos nosotros. No importa que al final el aumento se produce, somos nosotros. Miles de pensadores económicos en toda la historia, caen derrotados ante esta realidad incuestionable.

Trataré de convencer a mi perro Urión que el hambre que tiene cuando no le compro alimento, es una sensación. Claro, que lo que no será una sensación, es cuando empiece a mostrarme sus dientes y su gruñido potente de reclamo.