
El peronismo busca unidad y se proyecta hacia 2027.
En una reunión en la Casa Rosada, Santiago Caputo reafirmó su influencia sobre el Gobierno al prevalecer en la discusión sobre el Presupuesto 2025, que fue desestimado como una prioridad por José Luis Espert. Esto generó malestar entre los gobernadores de Juntos por el Cambio y partidos provinciales, quienes son clave para aprobar el presupuesto con sus votos.
Caputo rechazó un acuerdo con los gobernadores, argumentando que una ley de presupuesto podría dañar la imagen del Gobierno frente a los mercados, y manifestó que prefiere mantener la confrontación con el Congreso. Mientras tanto, los gobernadores insisten en la necesidad de una ley que regule el gasto de 2025, pero la propuesta requiere un costo adicional que el Gobierno no está dispuesto a asumir.
Espert dejó abierta la posibilidad de convocar a sesiones extraordinarias si no hay avances, pero sectores de la oposición, como Unión por la Patria, advierten que el Ejecutivo se siente más cómodo sin un control parlamentario, lo que podría facilitar un ajuste más severo. Los gobernadores, por su parte, siguen presionando para que el gasto del próximo año sea regulado de manera más transparente y predecible.
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