Luis Zambonini: El rostro humano detrás del imperio McDonald’s en Mendoza

Luis Zambonini tiene 57 años, pero la energía y la claridad con la que habla lo muestran tan activo como cuando aterrizó en Mendoza en 1998 para hacerse cargo de una de las primeras asociaciones locales de McDonald’s en Argentina. En el stream de Floyd tv nos contó como se formó en Tecnología de los Alimentos y con una temprana vocación por los negocios, supo desde muy joven que su camino iba más allá del laboratorio: quería construir proyectos, liderar equipos y dejar huella. 

“Siempre me interesó ver cómo se creaban los productos, pero más aún entender el porqué de cada decisión, cómo se diseñaban las marcas, los empaques, los procesos... Me fascinaba estar en la cocina de un negocio”, relata. Así fue como dejó atrás su carrera técnica para meterse de lleno en el mundo de la gestión empresarial. Y su gran oportunidad llegó con McDonald’s, justo cuando la compañía buscaba socios locales en distintas provincias.

Zambonini apostó por Mendoza y Mendoza apostó por él. En estos más de 25 años, no solo ayudó a expandir la marca en la provincia, sino que se convirtió en un eslabón clave en el vínculo entre empresa y comunidad. “Yo quería que McDonald’s tuviera cara, que la gente supiera quiénes somos los que estamos detrás, qué valores tenemos, cómo pensamos. Y eso no se construye desde una oficina: se construye escuchando, estando presente, apostando por la gente”, afirma.

Uno de los capítulos más significativos de su historia es la Casa Ronald McDonald de Mendoza, ubicada junto al Hospital Pediátrico Humberto Notti, que abrió sus puertas en 2003. Zambonini fue voluntario desde los primeros días del proyecto y hoy preside la fundación a nivel nacional, con presencia en varias provincias y una red de 11 programas activos. “Me motiva ayudar, devolver parte de lo que la vida me dio. Saber que una familia que atraviesa un momento durísimo tiene un lugar digno donde quedarse, me conmueve y me compromete”, dice.

Pero su liderazgo va más allá del negocio y la filantropía. En los últimos años se ha involucrado activamente en espacios de formación para jóvenes, como Junior Achievement y Endeavor, buscando transmitir su experiencia y brindar herramientas concretas para que nuevas generaciones puedan emprender y crecer. “A mí me dieron una oportunidad y hoy quiero multiplicar esas oportunidades. Sobre todo con los jóvenes, que son quienes más necesitan confianza y guía para descubrir su camino”, sostiene.

Su visión del empresario moderno es clara: “Ya no alcanza con vender un buen producto o tener un local bonito. Hoy hay que ser parte activa de la comunidad, sumar valor, pensar en el impacto y en cómo colaborar para que todos vivamos mejor”.

Luis Zambonini es empresario, mentor, voluntario y formador. Pero por sobre todas las cosas, es un convencido de que los cambios profundos comienzan en las personas. Por eso sigue eligiendo Mendoza, donde ya echó raíces familiares y personales. “Me vine pensando que algún día volvería a Buenos Aires, pero ya hace rato que esa idea quedó atrás. Mendoza es mi lugar en el mundo”, confiesa.

Su historia, lejos de ser un caso aislado de éxito, es una invitación a mirar el liderazgo con otros ojos: con sensibilidad, constancia y propósito. Porque como él mismo dice, “uno no tiene que estar donde quiere llegar, sino donde puede agregar valor”. Y ese valor, en su caso, se multiplica todos los días.

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