
Con un aumento acumulado del 17,3% en el año, Mendoza sigue la tendencia nacional, con un alza en alimentos y vivienda.
El fuerte salto del dólar oficial en julio provocó una mejora en el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM), un indicador clave que mide la competitividad de la economía argentina frente a sus socios comerciales. Según datos del Banco Central, el TCRM alcanzó los 98 puntos, su nivel más alto desde abril y muy cerca del valor de equilibrio estimado en 100. Este cambio representó una corrección necesaria tras meses de apreciación del peso, que había incentivado viajes al exterior y generado un déficit en la cuenta corriente.
Economistas destacan que la menor intervención del Banco Central en el mercado cambiario y la flotación parcial del peso permitieron una recuperación del tipo de cambio real de más del 20%. Esta mejora favorece a sectores exportadores y contribuye a reducir el déficit por turismo, al hacer menos atractivos los viajes fuera del país. A su vez, parte del impulso también se explicó por la depreciación de monedas de países socios, lo que elevó la competitividad argentina en términos relativos.
Sin embargo, advierten que el efecto podría diluirse si el reciente aumento del tipo de cambio nominal se traslada a los precios, reduciendo el beneficio logrado. Además, persisten desafíos estructurales como la necesidad de fortalecer las reservas, cumplir compromisos en moneda extranjera y contener la inflación. Aunque el TCRM actual es considerado más “saludable”, la sostenibilidad del equilibrio dependerá de la evolución macroeconómica en los próximos meses.
Con un aumento acumulado del 17,3% en el año, Mendoza sigue la tendencia nacional, con un alza en alimentos y vivienda.
Busca fortalecer reservas y reducir pasivos en línea con el acuerdo con el FMI.
El plan de Luis Caputo suma mayores tasas de interés y un esquema para prefinanciar exportaciones, buscando atraer dólares en medio de vencimientos de deuda y desaceleración económica.