El tiempo para desinformarse, es el tiempo de las redes sociales

La inmediatez sin filtro y sus consecuencias en la comunicación actual.

TECNOLOGÍA22/06/2025Alejandro MutisAlejandro Mutis
Screenshot_20250621_180904_Chrome

Cuando, hace unos años, veíamos a adolescentes yendo a cibers para poder ingresar a internet, conectarse a Messenger e interactuar con otros jóvenes, observábamos cómo la sociedad de la información aceleraba a pasos agigantados. El mundo cambiaba, el barrio tenía otro color. Luego, celulares, smartphones, tablets, notebooks, etc. Obviamente, pero más atrás, llegaba la masificación del acceso —a precios coherentes económicamente— a los servicios de internet y telefonía. Hoy en día, conectarse desde lugares de montaña o desiertos es posible gracias a la tecnología y la innovación.

Aparecen tímidamente las apps, las redes sociales, con una conexión mundial. Facebook logra instalarse en la cabeza de las generaciones: fotos, videos y demás llegan. Luego vendrán el resto: Instagram, WhatsApp, TikTok y las montones que hoy coexisten. Llegaron para conectarnos, para servir de nexo entre pares, géneros. Luego se modificaron para generar negocios, turismo, interacciones, citas y más.

Y finalmente dieron paso a publicidades y a ser, en parte, la vidriera personal y empresarial de negocios, campañas comerciales.

Diarios, canales de televisión, radios: todos tienen su versión redes, donde en parte complementan sus sitios web para estar siempre presentes en la vida de cada persona, en cada instante.

Pero… todo proceso lleva su maduración, y aquí se armó el despelote.

Campañas, publicidades, citas, perfiles personales, empresarios, noticias, comunicación a full, a tiempo real… pero no tan a tiempo real. Hoy las redes se han desarticulado, y el algoritmo de visualización muestra desprolijamente todo: repetido, incoherente, con un desfasaje de tiempo alarmante. ¿Qué sucede en el mundo ya mismo? Se sabe y no se sabe. Estar adelantado o atrasado cuatro horas es, en muchos casos, un síntoma de alarma.

Negocios, campañas políticas, noticias han quedado a voluntad de un sistema que no puede —o no quiere— contener la seriedad necesaria para ser un lugar de la verdad. Entonces, todo pasa a ser relativo. Por ello, y siguiendo la buena y acertada visión de estudiosos en el tema: “se leen las redes y al instante se deja pasar lo que se lee”. Tomar y dejar. El concepto de que nada es certero y la naturalidad de hacer este proceso nos lleva a la actualidad del mundo redes.

Indudablemente, lo “real”, lo “verdadero”, deberá ser leído y analizado en su momento, y por aquellos medios de comunicación que entendieron que las redes sociales solo son el complemento de un lugar en el tiempo, que tiene su lugar en su sitio web, su radio abierta, su streaming. Y donde debe entenderse que tener tanto contenido, preocuparse por estar siempre tan al día, es un esfuerzo que no tiene utilidad. A generar contenidos con sustento, con información relevante, y a “dejar” de querer estar siempre al día.

Para las generaciones que se preocupan por estos temas: luego de las redes vendrán otras redes, otras apps, así que… a volver a encontrar el lugar donde informarse, y a entender que la tecnología y el mundo van en constante movimiento.

¿qué harán los estrategas políticos al comprender que las campañas por redes sociales ya no van a resultar?

Te puede interesar
Lo más visto