Meto uno, gano dos, pierdo todo. ¿Qué se juega en estas elecciones?

En un escenario político enredado y cargado de estrategias, Mendoza enfrenta comicios legislativos que definirán mucho más que nombres.

POLÍTICA20/07/2025Alejandro MutisAlejandro Mutis
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Listo. Fechas oficiales, ¿unificar o desdoblar? Entonces… cierta claridad para el vecino que va a votar. Irá el domingo a sufragar y tendrá más que ver y pensar; en algunos casos, será doble.

Mendoza es una provincia de grandes dirigentes, preciosos departamentos, paisajes inolvidables… y de estrategias políticas olvidables.

Para el desprevenido: no elegimos gobernador ni intendentes. A recordar este detalle, porque las listas confunden. Uno intenta evitar hablar de estrategias, pero cae en la cuenta de que, desde el primer momento hasta el último, todo se trata 100% de estrategia.

¿Qué está en juego? En algunos casos, es ratificar una gestión en cuanto a su eficiencia. En otros, es el rumbo político de dirigentes “nuevos”. Y para algunos más, es un trámite más significativo: la construcción de poder. Ese poder que quiere ser y permanecer más allá de estos dos años que vienen. Para estos últimos, el desafío fundamental es “meter” concejales. Hay una necesidad de consolidar estructuras políticas, de formar parte de los municipios, de estar en el lugar donde se aprueban gestiones, presupuestos, etc. Entonces, no es menor tener uno o dos “del palo” (aunque estos provengan de la más absoluta ignorancia política militante). Ni hablar de meter legisladores provinciales. Sea 1, 2 o 3, el triunfo del espacio está garantizado.

Así que la discusión sobre alianzas y listas de candidatos “entrables” es el pensamiento que ronda cada mente política de Mendoza en estos días. Luego vienen los oficialismos. A veces asfixiados, necesitados de recursos para “tirar” estos años que vienen. Así que, ceder espacios a veces genera más ganancia que pérdida, más aún si tienen varios y son mayoría. Ahí quedará la lucidez mental para negociar… lo que más se pueda.

Más atrás vienen los leales de gestión nacional, pero por fuera de los oficialismos mendocinos.

¿qué hacemos acá? Estimados: o una campaña fuerte, a todo o nada, para consolidarse, o terminan diluyéndose en la oscuridad total. Es un espacio con grandes dirigentes y con un futuro prometedor, pero los compromisos son grandes. Así que la encrucijada es extraña.

Más lejos viene el opositor nostálgico. El más firme, si se quiere, pero el más desordenado. El que más acuerdos necesita. El que tiene que repartir lo que no tiene. Grandes cabezas dirigentes, pero pocas luces para identificar el pensamiento mendocino. Rencores, pases de factura, encierros… y no se dan cuenta de que pierden por todos lados. Hay que transformarse.

Y a la par queda la Unión, un espacio que parecía la luz al final del túnel. El sector que podía cambiar la historia política mendocina, con espacio, fuerza, dirigentes de varios sectores. Hoy hace fuerza desde donde puede, con lo que tiene.

Señores… hay muy poco para repartir, los cargos son pocos y la ambición es mucha. En este escenario tragi-cómico, gana la gente, porque puede tener varias opciones. Pero van a perder los que no sepan leer lo que le pasa a Mendoza.

Las estrategias van por uno o dos caminos: una construcción real o una obsecuencia medible. Poder y recursos necesarios. Mendoza elige legisladores en una bolsa de caras, donde la necesidad hierve, y donde hay “demasiados” de los mismos de siempre.

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