
El Gobierno oficializó su designación por decreto tras cambios en el organismo tributario.
La Casa Rosada redefine prioridades tras las tensiones en el Congreso.
NACIONALES
Redacción
En el cierre de la primera semana legislativa, el Gobierno nacional atravesó jornadas de fuerte intensidad política que derivaron en una revisión de su agenda parlamentaria. Las dificultades surgidas durante el tratamiento del Presupuesto 2026 en la Cámara de Diputados llevaron al Ejecutivo a replantear prioridades, con la intención de insistir en el Senado en la corrección de artículos que considera fiscalmente inviables y de reordenar los tiempos de sus principales iniciativas.
Ese viraje comenzó a definirse en una reunión realizada en Casa Rosada, encabezada por el presidente Javier Milei y su mesa política, mientras la CGT se manifestaba en Plaza de Mayo. Allí se resolvió concentrar esfuerzos en cerrar el debate presupuestario y, en paralelo, preparar el terreno para avanzar con la reforma laboral durante febrero, una de las apuestas centrales del oficialismo para el próximo tramo del calendario legislativo.
La media sanción del Presupuesto dejó un sabor agridulce en el Gobierno. Si bien se destacó el avance logrado, la exclusión de capítulos clave generó tensiones con aliados y expuso fisuras en el vínculo con algunos gobernadores, varios de los cuales se desmarcaron en la votación para evitar costos políticos. El episodio también reavivó críticas internas y cuestionamientos desde bloques opositores, en especial por decisiones adoptadas en el Congreso durante la sesión.
Pese al traspié, en La Libertad Avanza aseguran que no habrá una ruptura con las provincias y confían en recomponer el diálogo para lo que resta de las sesiones extraordinarias. Con un escenario más ajustado y negociaciones abiertas, el oficialismo apuesta a ordenar su estrategia, cerrar el capítulo del Presupuesto 2026 y encarar la discusión de las reformas estructurales que considera prioritarias para la segunda etapa de la gestión.