
Aumentan encajes y tasas para absorber pesos antes del cierre de mes.
Desde mediados de abril, un mecanismo legal pero controvertido permitió la salida de más de USD 4.000 millones del sistema financiero argentino. En la City lo llaman el “rulo”: personas físicas compran dólares al tipo de cambio oficial y luego los venden en el mercado financiero (MEP o CCL), donde empresas —principalmente multinacionales con restricciones para acceder al mercado oficial— los adquieren para girarlos al exterior.
Consultoras como MacroView y PxQ advierten que esta operatoria, habilitada tras la flexibilización parcial del cepo, generó un fuerte drenaje de divisas. Según PxQ, desde abril se compraron USD 14.730 millones en el mercado oficial, de los cuales unos USD 5.639 millones se canalizaron hacia “otras inversiones”, muchas de ellas utilizadas para abastecer la demanda del CCL.
Para algunos economistas, como Rodolfo Santángelo, la medida fue un “error” que expuso al mercado oficial a una demanda excesiva justo cuando la oferta de dólares cayó. Entre abril y julio, el superávit comercial y el ingreso por créditos apenas alcanzaron para cubrir el nivel de compras impulsado por este tipo de maniobras, que terminan beneficiando a compañías que operan por fuera del MULC.
En medio del proceso electoral, el Gobierno reaccionó con ventas puntuales de divisas por parte del Tesoro, como los USD 100 millones colocados recientemente. Sin embargo, con más de 50 días hasta los comicios presidenciales, persiste la incertidumbre sobre cómo contener la presión cambiaria sin perder reservas, en un contexto en el que cada dólar cuenta.
Aumentan encajes y tasas para absorber pesos antes del cierre de mes.
El Banco Central informó que los atrasos en pagos con tarjeta crecieron por octavo mes consecutivo, mientras también aumentó la morosidad en préstamos personales.
El sector aportó 23.827 millones de dólares en el primer semestre y mantiene posiciones clave en los mercados internacionales.